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El Loco De La Colina

por Paco Romeu - 0 comentarios - televisión - 22/05/2006 - enlace

En un primer momento pensé que tras el aparente clasicismo formal del tantas veces readaptado programa de Jesús Quintero se escondía una llamada velada a la vanguardia más extrema. Unos meses después, tras haber seguido fielmente ’El Loco De La Colina’, reconozco mi error: el grito del loco no se esconde, se recibe claro y sin tapujos.

Al principio fue el silencio: no hay miradas en la radio, o no las podemos ver. Este hecho ya es en sí mismo una invitación al juego, a la intervención activa de la audiencia. De este modo, la primera etapa radiofónica de ’El Loco De La Colina’ (RNE y SER, 1981-1986) conmovió una escena profesional que se entregaba sin escrúpulos a los estresantes excesos de la radio-fórmula y logró que media audiencia pegara los oídos al transistor para desentrañar el significado de aquellos silencios que decían más que mil palabras. Se trataba de algo tan sencillo... La conversación desnuda, cara a cara, la verdad y la mentira.

En 1988 Jesús se pasó a la tele con ’El Perro Verde’ (TVE) y al poco tiempo tuvo que continuar en Argentina. Volvió a España, a Canal Sur (’Qué Sabe Nadie’, ’Trece Noches’, ’El Vagamundo’, ’Ratones Coloraos’) y a Antena3 (’La Boca Del Lobo’, ’Cuerda De Presos’) para seguir ejercitando con maestría la traslación mediática, para cambiar los silencios por miradas, miradas que ensalzan el significado de las palabras. El hecho de que Quintero no haya dejado de hacer radio (es decir, de dar forma de programa de radio a sus programas de televisión) es precisamente lo que le convierte en vanguardista: entiendo que no hay vanguardia sin tradición, sin riesgo, sin maestría, sin mirada a los orígenes, sin replanteamiento, sin constancia, sin mensaje. La confusión terminológica entre vanguardia y experimentación es un error postmoderno que poco a poco va siendo aclarado: la segunda es una parte, importante, pero sólo una parte, de la primera. Un detalle: el actual programa de televisión también se emite por Radio5 (RNE).

Hay que disculpar (o no) la parcialidad ideológica de Jesús, su exagerado egocentrismo y algunos fallos graves de sonido (este último error es imperdonable, pero me temo que se debe a problemas de emisión ajenos al programa). Le felicito por sus dilucidadoras incursiones en el mundo del corazón, por la verdad rebosante de las actuaciones musicales, por una buena extensión en internet (ellocodelacolina.com y jesusquintero.com), por la certera realización de David Gordon y Hugo Stuven (si, aquel del ballet Zoom), por la deliberada inocencia-no-perdida de esos sermones que nos recuerdan que la moral debió ser sustituida en lugar de aniquilada... Y, por encima de todo, felicito a Jesús Quintero por una interminable serie de detalles. Un momento al azar: Victoria Abril sentada frente a Jesús en la mesa de las entrevistas, desnuda de alma ante un micrófono antiguo. Al fondo, la banda marca un ritmo brasileño y Victoria comienza a cantar como quien habla, desde dentro, con los ojos cerrados, en voz baja...



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