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CINE
Candy
por Laia Ordóñez - 2 comentarios - cine+libro - 21/09/2006 - enlace
Sydney, verano. Érase una vez una chica hermosa que siempre se reía. Érase una vez una chica que se enamoró. Érase una vez una chica que amó, primero a un adicto a la heroína, poco después a la heroína y finalmente a la misma adicción.
No nos dejemos engañar por la aparente dulzura del título: esta novela duele de verdad.
’Candy’ (
Luke Davies, 1997) se ha convertido en el mayor descubrimiento australiano del año. La película, dirigida por
Neil Armfield y protagonizada por la estrella australiana
Abbie Cornish, ha sido mayormente financiada por la Australian Film Finance Corporation, se ha estrenado en 2006, ha sido distribuida exclusivamente en circuitos alternativos y, aun así, ha permanecido en cartelera la friolera de seis meses consecutivos.
En Australia, todo el mundo ha visto ’Candy’ y todo el mundo ha leído ’Candy’. Y no sólo porque sea un producto nacional. En primer lugar, la novela tiene el valor de retratar una de las realidades más genuinas y a la vez más desconocidas a escala internacional que existen en el país: la de la escena de la heroína en Sydney y Melbourne. En segundo lugar, tiene el valor de hacerlo en el tono maduro, tranquilo y firme del que asume que el consumo de drogas duras es una práctica altamente humana, relativamente común e inimaginablemente satisfactoria para el que la lleva a cabo. Y en tercer lugar, ha tenido el valor de convertirse en un auténtico
boom a pesar de que el gobierno australiano es actualmente de derechas, abiertamente racista y muy poco amigo de iniciativas pasadas tales como las
injection rooms para heroinómanos que el
Sr. John Della Bosca levantó en Sydney, no sin controversia, diez años atrás.
El argumento es sencillo, directo y en absoluto sofisticado: una joven se enamora y comparte con su nuevo novio un pequeño hábito llamado caballo. La progresión argumental es previsible y de entrada se sabe que se va a presenciar la historia de una decadencia. Ni siquiera la estructura narrativa está altamente elaborada. Pero uno no puede dejar de leer. Quizá porque la concatenación de episodios refleja con increíble organicidad un camino hacia la miseria que no por miserable deja de ser peligrosamente atractivo; quizá porque
Luke Davies logra convertir el contenido de cada uno de ellos en un auténtico mito yonqui, en un monumento al fracaso, o en ambas cosas a la vez; o quizá porque el tono, la ambientación y los personajes están tan absolutamente arraigados en la base de la sociedad australiana (una sociedad que, recordemos, proviene de convictos y gentes problemáticas con las que los ingleses de buena cuna no sabían qué hacer); pero el caso es que esta novela recoge y narra de forma modesta, verdadera y dolorosa una de las historias de amor y complicidad más bellas que jamás se hayan escrito.
Érase una vez una pareja que no podía dejarse de amar tras haber dado con aquello que unía todas las cosas. ’Candy’ es principalmente la espeluznante y hermosísima historia de un amor construido, multiplicado e interminablemente alimentado por una novia negra llamada heroína: la historia de una enorme inocencia que se resiste a echarse a perder.
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comentarios enviados:
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1. Carlos Amaya.- Venezuela
19/02/2007 - 01:04
Simplemente Impactado,es increíble lo q la adicción puede hacer son una persona,imaginate si son dos como una.....simplemente destrucción total,esta historia me ha calado fuerte,siempre he rechazado las drogas,pero despues de esto,quiero ser vocero de su mensaje,esta historia es mejor que cualquier cuento de cosas irrealizables que los gringos nos obligan a comprar...100% recomendada,para reflexionar
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2. jose.antonio romero
06/06/2007 - 21:04
te amo tegiro.muyo
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