por Francesc Felipe - 0 comentarios - cine dvd - 04/04/2005 - enlace
Imaginemos a un joven obrero que, tras comprarse una pequeña cámara de 8mm, descubre la fascinación de un nuevo mundo, filtrado por la mirada del cine, el objetivo y la película. La aparente sencillez de esta anécdota le sirve a Krzysztof Kieslowski (efectivamente hay más mitos en Polonia a parte de Wojtyla), en su filme ’El Aficionado’ (1979), para construir una sutil e interesante reflexión sobre el cine y la imagen, pero plagada de interrogantes sobre el papel del espectador, la autoría y la responsabilidad del director... en definitiva: la verdadera identidad de la imagen.