por Marc Prades - 7 comentarios - dvd musical - 05/02/2007 - enlace
Durante varios años dirigí una revista de cine que no quería parecerse a una revista de cine. Teníamos mil ideas al día. Ideas que nos divertían porque nos emocionaban. Y una de ellas fue a la postre una de las más maravillosas: descubrir el pequeño y apasionante mundo del vídeo musical en España. Todo partió de un reportaje de siete páginas, con la intención de localizar y destapar realizadores que se tomaran el género de una manera similar a lo que venía ocurriendo internacionalmente desde los años noventa, eso a lo que algunos denominan la era del videoclip de autor.
Al poco se nos ocurrió organizar un festival. Por aquél entonces no existía ’Youtube’ (ni tampoco esta locura de hoy de montar festivales a la de tres) y resultaba casi imposible ver muchos de los videoclips de los que hablábamos. Fue en el Razzmatazz de Barcelona, gratis, con una copa en la mano, una pantalla gigante y el público votando y jaleando en directo. Divertidísimo. Y emocionante, claro. Ganó un videoclip de una canción de 12Twelve, ’Seiza’. Al año siguiente repetimos una segunda edición y otro reportaje, con fotos de los realizadores Marc Lozano y J. A. Bayona en portada. La única portada sobre el tema que se ha publicado en España hasta día de hoy. A partir de ahí, lagunas, promesas y decepciones: un libro sugerido por el Festival de Sitges que nunca se editó, unos especiales para el programa de televisión ’Versión Española’ de TVE que nunca se emitieron y un festival que no tuvo nunca una tercera edición.
Cinco años después, con la edición de este honestísimo acto de amor: el DVD ’Eclectia: un panorama del videoclip nacional contemporáneo’, comisariado por Luis Cerveró, se cierra el círculo. Dieciocho videoclips de los dieciocho realizadores más representativos del país de los últimos años. Un regalazo, tardío pero terriblemente necesario por constatar el talento y las ganas de una panda de creadores a los que les une un precioso pecado: amar "una de las experiencias más hermosas del mundo: la conjunción de música e imágenes". Pero con un único (y comprensible) pero: la segunda edición de nuestro festival lo ganó un sensacional videoclip de Los Planetas, ’Mis problemas con la justicia’, y no está en la selección. ¿Y saben quién lo dirigió? El mismo que capitaneó ese primer reportaje y el mismo que ha parido este pequeño milagro. Un tipo al que quiero y admiro. Gracias, tío.
» 7 comentarios enviados:
Marc, per mi Barcelona no és la mateixa des que vaig vore enfonsar-se aquell vaixell, aquella revista que tots ens estimàvem. Quan vaig vore enfosar-se Travelling ja vaig flipar. Aquesta ciutat no ha sigut capaç d’assumir una fornada de gent de cinema espectacular, no es tractava d’iniciatives individuals, es tracta d’un col.lectiu una nova onada que l’han tapada. Scope era el punt de trobada de gent inquieta, o presa per l’arrebato com dirires tú . I pel que fa al meu treball com a promotor del cinema fet a casa nostra poca cosa farem si gent com Lope, Luis, Benet, tú o molta més gent no agafa el relleu a les càmeres de cinema i es fan rodatges independents, inquiets, inteligents. S’ho perd la ciutat i s’ho perd el cinema. En fi, com a mínim ens queda Redmagazine per a fer xarxa. Per cert et prenc la paraula de festivals a dojo, però un Sundance en català feia falta: Sévigné (2005) i Dies D’agost i La casa de mi abuela (2006). Un abraç
(Esté artículo de Marc Prades está relacionado con el que se publica hoy en el suplemento ’Culturas’ de ’La Vanguardia’, escrito por Luis Cerveró. Os lo dejo la versión en PDF para descargar... y también un corta-y-pega tal cual:)
LARGA VIDA AL VIDEOCLIP
Hace cinco años escribí junto a Lope Serrano un largo artículo bajo el pretencioso título de ’Por una cierta tendencia...’ en la desaparecida y muy reivindicable revista ’Scope’. El artículo en cuestión ponía sobre la mesa la desesperante situación del videoclip español, inculpando a todos los sectores que en nuestra opinión la provocaban: las discográficas, los músicos, las productoras, los realizadores, las televisiones y la SGAE. Sin embargo, pese al tono duro, incluso rabioso, el texto fue escrito en un momento de esperanza e ilusión. En 2002, parecía que algo estaba cambiando y el artículo terminaba dando a conocer a una serie de realizadores españoles que, según parecía entonces, iban a importar el fenómeno de directores estrella ocurrido en el mercado anglosajón en los noventa. Ya saben, Spike Jonze, Chris Cunningham, Michel Gondry et al. De ahí la (ingenua) referencia al célebre artículo de Truffaut.
Han pasado cinco años y nada parece haber cambiado. Es más, me atrevería a decir que las cosas han ido a peor. Pero yo sí he cambiado, y lo que antes me parecía una conspiración judeo masónica para destruir un formato al que adoro, -el vídeo de promoción musical-, ahora me parece lo más normal del mundo. Y ante todo, he aprendido, o la vida me ha enseñado, que es muy triste lamentarse continuamente de la suerte y el destino de las cosas que te importan. Sí, las cosas están mal, pero no es grave y sobre todo, es perfectamente comprensible.
La industria musical, si es que se puede seguir hablando en esos términos, ya no nos necesita. Es una industria herida, mutante y ante todo muy desconcertada. Vivimos tiempos de continuas transformaciones, adaptaciones a nuevos formatos y canales de difusión. Y si bien hay muchas cosas que todavía están por definirse en las nuevas reglas del juego de la promoción, hay una que es clara y meridiana: la música ya no necesita a la televisión.
Es un problema de rentabilidad, y no hay que olvidar que el videoclip nunca fue nada más que un anuncio audiovisual de una canción, por muy sofisticado y artístico que este llegará a ser. Hace ya años que un directivo de una discográfica me dijo que comercialmente era más rentable anunciarse en un autobús que gastarse el mismo dinero en un videoclip. ¿Triste? Pues no, si eres diseñador gráfico. O músico.
En realidad siempre ha sido un misterio la rentabilidad comercial de un videoclip. Y ya hace muchos años que estos se siguen produciendo por una mezcla de inercia y de supuesto prestigio. Si estás en determinado sector de ventas, tienes que tener un video. Si no es así, puede dar la sensación de que no eres lo suficientemente importante en el mercado. Y este sí que es uno de los verdaderos problemas a los que nos enfrentamos en la actualidad. El único valor de un clip musical, hoy en día, es su mera existencia. No importa ni la idea, ni su factura técnica, ni siquiera si apoya adecuadamente la imagen del grupo. La mayoría de las veces acabará troceado y reencuadrado en un spot de diez segundos para descargarse el politono.
Estoy generalizando, por supuesto, y no hace falta que incida en los peligros de toda generalización. En cualquier caso, el verdadero mal que nos afecta es la falta de criterio y compromiso estético a la hora de encargar un video musical. Pero, de nuevo, es perfectamente comprensible. Las discográficas están mucho más preocupadas en adivinar cuál es el nuevo soporte para la promoción audiovisual de la música (DVD, móvil, iPod, YouTube...) que en supervisar la calidad del producto. Ahora mismo están mucho más pendientes del continente que del contenido. Y nuestra función como realizadores y productores de imágenes es acompañarlas en esos palos de ciego hasta que todo se asiente y llegue el momento de serenarse y centrarse en lo que de verdad importa: la belleza y la coherencia de esas imágenes.
Es verdad que está siendo un momento muy duro, que estamos asistiendo, como realizadores, a verdaderos abusos y desplantes por parte de las discográficas. Cada vez nos pagan menos y peor; asumen nuestra capacidad de hombres orquesta de llevar la cámara, editar y postproducir en casa; nos tratan como cromos intercambiables; nos someten a concursos indignantes para las cifras que se manejan; y muchas veces nos dejan tirados sin ni siquiera llamar para decir que finalmente no se hará el vídeo. Son muchos los casos de compañeros míos de generación que han tirado la toalla, pese a ser amantes del formato, porque se sienten utilizados y ninguneados. Pero todo esto es perfectamente normal, porque, en definitiva, estamos asistiendo a la muerte del videoclip tal y como lo habíamos conocido. Es una lenta y triste agonía. Y nos queda el consuelo de saber que tras la muerte, vendrá la resurrección: ya sea por la web, por el móvil o por el iPod, la música seguirá necesitando de la imagen para su difusión comercial. Yo personalmente no entiendo porque se dice que esto supondrá una reconsideración en cuanto a calidad técnica y presupuestos de producción.
Pero si es así, pues habrá que adaptarse y punto.
Es un aburrimiento total estar siempre anclado en los problemas que afectan a los videoclips de nuestro país. Sí, es cierto, tenemos muchas dificultades, tenemos la colección completa, pero yo propongo dejarlas de lado, ya que hacerles frente es inviable, y seguir apostando por la pasión que, con todo, nos arrastra a seguir creyendo en lo que hacemos. Puede que no sea rentable, puede que no tengamos apoyo y que ni siquiera tenga demasiado sentido seguir con ello. Pero ¿por qué hay que regirse por estos términos comerciales? Hagamos aquello con lo que disfrutamos, dejándonos la piel como idiotas, y puede que incluso consigamos que, un buen día, un videoclip deje de ser tan sólo un jodido anuncio de un single discográfico.
El videoclip ha muerto. Larga vida al videoclip.
Gràcies Joan Carles, el sumplement Culturas de La Vanguardia no arriba a València, només es pot llegir a internet. Per cert se m’oblidava dir que Refree va guanyar l’Inquiet a millor videoclip.
Cuánta nostalgia se huele por aquí! Lo más increíble del asunto es que toda esa "época Scope" (que tambié viví, a mi manera, en Barcelona) ni siquiera tuvo una vida, digamos, clásica (tipo nacimiento, nudo y desenlance), sino que tan sólo nació y poco más. Me vienen a la cabeza, del mundillo ese, auténticos cracks como Benet Roman, Lope Serrano, Marc Gómez, la gente de BTV... Qué habrá sido de ellos? Estarán dando clases? Han cambiado definitivamente de ciudad? Ay.
Por lo que yo sé siguen en la ciudad. Y si, alguno da clases. Y bueno, se buscan la vida como pueden. Algunos triunfan. Otros sobreviven. Desde que terminó la era Huerga en BTV y sin Scope, son menos visibles, pero estan ahí. Benet, por ejemplo, montó una productora con Alicia y trabajan mucho: www.lachula.tv
Tios que estamos vivos y no paramos de currar!!!! Yo no se si estoy en mi nudo o desenlace... espero que en el nudo :-) Vídeo clip forever!!!
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