por Marc Gómez del Moral - 4 comentarios - exposición - 01/03/2007 - enlace
Siempre hay curros que se ponen de moda. Inevitable. Me sorprendió ver que, en una encuesta realizada entre los jóvenes alemanes en edad universitaria, el ochenta por ciento de ellos quería ser artista. Supone un análisis curioso conocer las inquietudes que generamos en los adolescentes porque detrás de cualquier sueño juvenil hay una voluntad de ruptura y al mismo tiempo una "star", un modelo, en Alemania quizás Beuys, Baselitz o Tillman.
¿Quieren nuestros jóvenes ser como Barceló, Santos o Tàpies? Lo dudo. Y no porque estos no sean estrellas, o sean malos, o no nos gusten, sino porque nuestras "starlets" son los arquitectos, me juego la piel a que sí que encontraremos jóvenes que quieran ser como Miralles o Ferrater. Díganme, sino, por qué en la exposición ’Hammershoi-Dreyer’ se habla más de RCR, los arquitectos de Olot que han diseñado el espacio, digo, el recorrido, que de Hammershoi o de Dreyer. Ojeen el ’Cultura|s’ del 28 de febrero de 2007, o el ’Babelia’ del 3 de febrero de 2007 (y no puedo negarlo, uno de los motivos por los que me acerqué a la exposición fue mi interés por este estudio de arquitectura).
Pero a lo que vamos, por casualidad coincidí con la visita comentada de los miércoles a las seis de la tarde y me sorprendió, hasta asquearme, el orgullo con el que la "Monitora", eso ponía en su acreditación, hablaba del montaje de RCR y de su COMISARIO, Jordi Balló, comisario en mayúsculas, cual Tito Valverde en la serie. La visita guiada se centraba en contar las excelencias del montaje de la exposición –arriesgadas e interesantes pero no siempre acertadas– y del programa de ésta –que, según la "Monitora", era ambiguo y complejo. ¡Qué placer ponerse a la altura de Dreyer y Hammershoi! Perdónenme pero no lo comparto. Y es que en breve, y a este ritmo, nuestros chavales soñaran en ser comisarios.
» 4 comentarios enviados:
Propongo que a partir de ahora en vez de llamarme entrenador me llameis comisario del Fútbol Club Barcelona. Como que mola más. Hoy: un 3-4-3, toma ya, emulando al maestro Johan-Balló. En 25 minutos dos goles y nos vamos a Anfield metiendo miedo. Olé.
Ir a una exposición como estas es como ir de fiesta una noche al Sonar a ver a Jeff Mills. El intermediario, el discjockey/comisario es la estrella. Los vinilos/pinturas-videos son lo de menos. Aquí uno viene de fiesta, coño. Si no hay drogas-RCR no mola. Y no te preocupes que el dealer-"monitora" aparecerá en cualquier momento. Todo está estudiado, los créditos de la fiesta-exposición son largos, aquí hay mucha pasta a justificar.
En esta era de intermediarios masificada, mediatizada y atolondrada, el medio es el mensaje y el mensaje un masaje inofensivo. Hoy toca fiesta y mañana no sé, descansar quizás, porque de aquí poco llega el Primavera Sound, amigo. Es un no parar.
Mamá, yo quiero ser comisario. Mola más que ser artista, sobretodo cuando reconoces que eres incapaz de desligarte de esta monstruosa masa mediática/social, ser libre, crítico y llevarlo bien, ser feliz.
Mejor dicho: muerte a los comisarios. No quiero que me expliquen nada. Dejadme a mi, joder. A mi me gusta el rock’n’roll, el 1-2-3, el re-la-mi. Muerte a la electrónica, muerte al catálogo, muerte a la "monitora"!
Besos
Bueno, la verdad es que en Alemania no es que estemos tan bien, pero seguro a años luz.
El problema es de generaciones. Aquí terminó la represión hace ya más de 60 años. Y fue justo en la década de los 60 que los hijos del holocausto salieron a la calle recriminando: "¿dónde estabas tu, papá, cuando pasaba todo esto?"
En Espanya hace 30 años terminó por la puerta de atrás una dictadura, y mentalmente estamos ahí... nadie quiere destapar, culpar. Hay demasiado miedo. Todavía estamos en una dictadura encubierta.
En Alemania se condenaron a muerte a todos los culpables. En Espanya están en el Gobierno. Nos parecemos más a Serbia que a Suecia...
Alemania tiene históricamente una tradición de pensadores y filósofos bru-tal.
¿Qué tenemos en casa? Diversión, chanchullo, boicoteo, lameculos y especuladores e injusticia. Y comunidades que se putean las unas con las otras, en vez de empezar a aprovechar el tiempo.
Y esto genera frustración en la sociedad, que lo ve inconscientemente y, como en el mono del experimento, pues el puteado, sin saber por qué, se mete a putear como el que más.
En Espanya no saben vivir. Mira las caras de la gente en sus coches. No son felices. Tenemos el mejor clima, pero no lo disfrutamos, porque las leyes no nos protegen. Por ejemplo, se trabaja hasta las 10 de la noche. ¿Dónde queda el tiempo libre para relajarse, montar una maqueta, leer un libro, tocar música de cámara, filosofar, o pensar en arte?
Como se va tan puteado, pues se tira ’palante’ y se piensa sólo en la pasta.
¿Y el arte?
Todo a lo grande, venga. Como el MACBA en BCN.
"-Vamos a construir un edificio todavía mayor"
"-Pero, señor, si no tenemos fondo artístico."
"Dá igual, tu construye, que vamos a sacar una pasta en comisiones"
Y así es como generamos ’continentes’ sin ’contenido’.
Pero en el fondo ¿sabes qué? Como dice rijkaard más arriba, mientras el Barça gane nos dá igual...
Y es que tenemos una clase media acomodada. El único puto sueño era la Tele y el DVD. Ahora incluso ya teneis el Todoterreno para pasear los críos por la ciudad creyendo que estais en el primer mundo. Pues a vivir, que son 4 días.
creo que me voy a tomar una copa...
"Mama yo quiero ser artista"
En los 1880 era el trabajador de fabrica, en los 50s el hombre de corbata. En el nuevo milenio, la clase más influyente en la sociedad será la "clase creativa" o al menos eso es lo que dice Richard Florida en su libro: The Rise of The Creative Class".
El artista trabaja el lado derecho del cerebro, el más intuitivo, el más pasional, el creativo. Aquel que permite dar rienda suelta a sentimientos viscerales, el que percibe sin ver. Un patrón de pensamiento holista, global. Es como ver un tren desde arriba, cuando pasa, lo has visto entero, de una vez. Es el mundo de la imagen.
El comisario, sin embargo, está en el lado izquierdo, es un tipo que pasa el día analizando, conectado ideas, usando la lógica. Tiene un patrón de pensamiento secuencial, paso a paso, ve el tren vagón a vagón, uno detrás del otro. Está en el mundo de la palabra.
El artista es capaz de acordarse de la obra de otro artista sin tener ni puta idea de quien la hizo. Igual que cuando conoces la cra de alguien sin saber su nombre. El comisario recuerda el nombre, pero tal vez no muy bien la obra.
Tal vez el comisario debería ganar perspectiva, trasladarse a la frontera, al corpus callosum, la unión entre el lado izquierdo y derecho, el vinculo entre la palabra y la imagen.
... mentre el col•lectiu considerat artista al nostre país estigui més pendent de ser reconegut i automàticament recompensat- perquè sinó remou l’estomac que un professional gestioni el bé cultural com part de la resta de béns socials- i mentre cerqui esdevenir “la classe influent”- em sona massa a classe dominant; intueixo més nous Tàpies o nous Comisarios que lliures pensadors o lliures amants de les passions “viscerals”. Fantasmes que es prostitueixen per ser artistes de totes de totes, o fills de pares amb la xarxa social dominant que volen mantenir-se el poder de totes totes. Llarga vida al Comisario que, agradi o no, també ordena els artistes com qualsevol professional que rep diners públics. Però sobretot, llarga vida a la monitora, que ha de suportar egos per banda i banda!.