por Sergio Álvarez - 1 comentarios - libro autoayuda - 23/05/2007 - enlace
Cortamos y pegamos esta reseña aparecida hoy mismo en el suplemento ’Cultura|s’ de ’La Vanguardia’. Aunque sólo sea para animar el eterno y divertido debate del "género".
Fenómeno en Latinoamérica ’Los caballeros las prefieren brutas’, de la escritora y actriz Isabella Santo Domingo, se ha ido consolidando como un extravagante éxito editorial y mediático. ¿La razón? Aconsejar a las mujeres latinas... que dejen a los hombres mandar. Y en un libro lleno de humor.
’Los caballeros las prefieren brutas’ (Grijalbo) apareció publicada en Colombia en el 2004 y lleva varias ediciones en otros países hispanoamericanos
«En el afán por conseguir la igualdad, muchas mujeres modernas han ido perdiendo privilegios»
«Vivir en guerra permanente con el sexo opuesto no tiene sentido, y más cuando los hombres son tan simples y es tan fácil manipularlos»
La idea es simple, gracias a ejemplos tomados de la vida de Isabella Santo Domingo, la autora del texto, de la vida de sus amigas y hasta de sus enemigas; Isabella afirma que en el afán por conseguir la igualdad las mujeres han ido perdiendo muchos privilegios y se han enzarzado en una guerra con los hombres que no es benéfica y que más bien las lleva a la ruina económica y afectiva. "Sí, lo admito, Eva es mi ídolo personal, porque a ella le sobraba el tiempo. Desayunaba y quedaba desocupada. En cambio yo, por desafiar los parámetros bíblicos, desayuno por ventanilla en el McDonald’s más cercano y de afán porque siempre voy tarde para donde sea. A las mujeres modernas el tiempo nunca nos alcanza para nada. Me visto en el ascensor, me lavo los dientes en el carro, y me peino mientras manejo, cuidándome eso sí de no terminar estampillada contra un poste de la luz de camino al trabajo".
Afirma la autora que las cosas no estaban tan mal antes y que no era tan terrible quedarse en casa, criar hijos y dejar que fueran los hombres los encargados de resolver los asuntos económicos y la vida práctica en general. "¿Será entonces cierto aquello de que actualmente hay una sobrepoblación femenina en el mundo entero? Que ellos se han creído el cuento de que para cada hombre hay siete mujeres desesperadas en el mundo. Corrección: de esas siete, por lo menos cinco somos profesionales y bajo ningún punto de vista queremos casarnos con un hombre que piense así. En teoría les quedarían dos. ¿Qué es lo que tienen esas dos mujeres que sí logran bajar la guardia y establecerse cómodamente dentro de un hogar? Las que tienen hijos y alcanzan una felicidad moderada, o momentánea, pero felicidad al fin y al cabo. ¿Será ésta una secta de mujeres conformistas? ¿O acaso ellas sí saben cuál es el secreto para convivir sin competir?".
Los caballeros las prefieren brutas apareció publicado a finales del 2004, en el lanzamiento la escritora, que aparte de periodista y directora de una importante revista es actriz y presentadora de televisión, advirtió que la intención no era convertirse en una mujer trascendental, que la única intención había sido escribir un libro que sirviera para reírse de las desgracias propias y ajenas mientras se tomaba el sol en la playa. A pesar de la advertencia, la primera edición del libro se agotó rápidamente y el boca a boca empezó a convertirlo en un éxito editorial que ya lleva setenta mil copias vendidas en Colombia, treinta mil más en Ecuador y Venezuela, que está penetrando con fortaleza en México y Argentina y que la Sony acaba de comprar para diseñar a partir de él una serie de televisión.
¿Dónde puede estar el secreto del éxito de ’Los caballeros las prefieren brutas’? ¿Por qué, de pronto, un libro que reniega, así sea bajo el disfraz del humor, de seguir adelante con la liberación femenina ha tenido tanto éxito? La autora, que se confiesa MEI, o sea Mujer Emocionalmente Inestable, dice en la introducción que su único mérito es "haber ido a una fiesta de más, haberme tomado un trago de más y haber salido con un tipo de más". "La única autoridad que tengo es la de haber vivido, la de haber sentido, la de haber elegido (casi siempre mal, lo admito) pero, más que nada, la de haberme atrevido. Lo que, luego de un largo camino recorrido, me ha otorgado la sabiduría para poder admitir que tal vez aún no sé lo que quiero, pero vaya si tengo una muy buena idea de lo que no quiero, de lo que no me sirve en esta vida".
Y es de ahí, de una concepción pragmática y vitalista, que no pasa por lo políticamente correcto ni por el respeto a las ideologías de moda, sino que pasa por las necesidades diarias y por la resolución de estas necesidades en un medio real y no ideal, donde radica buena parte del éxito del libro. Porque es muy fácil hablar y hablar de igualdad y exigir derechos o luchar por ellos, pero no es tan fácil irse sola a la cama cada noche, no tener con quien compartir los líos y los afanes diarios y tampoco tener con quien compartir la crianza y la educación de los hijos. Visto desde Europa, todo esto debe sonar a una claudicación imperdonable, pero visto desde la vida cotidiana de la autora y de la mayoría de mujeres latinoamericanas es simplemente un acto de sabiduría que sigue la regla de que siempre es mejor un mal acuerdo que un buen juicio.
Aunque el libro no reniega para nada de los avances obtenidos hasta ahora por el feminismo, cuestiona su aplicación práctica y le dice a las mujeres que vivir en guerra permanente con el sexo opuesto no tiene sentido, mucho más cuando los hombres son tan simples y es tan fácil manipularlos. "Un poco de menos ideología y más pulso y todos podemos estar muy felices", afirma Isabella Santo Domingo. La autora sostiene sin ruborizarse la tesis de que lo mejor es no hacer alarde de la libertad sexual ni de la independencia económica y simular ser bruta para que los hombres se sientan más cómodos, para que les den de nuevo ganas de seducir y ser corteses y, sobre todo, para que se pongan a trabajar animados y produzcan el dinero necesario para que las mujeres no vayan deun lado a otro de la vida haciendo toda clase de oficios ingratos.
Mezcla de manual de autoayuda y de libro humorístico, ’Los caballeros las prefieren brutas’ divierte, hace pensar y hasta deja en la cabeza consejitos sobre la relación de pareja que pueden ser muy útiles. Y en un continente como América Latina donde las ideologías por buenas que parezcan tienen escasa aplicación cotidiana, un libro que enseñe a pactar y que ayude a hacerse la vida mejor siempre va bien. Puede que ’Los caballeros las prefieren brutas’ tenga ideas cuestionables, pero son ideas útiles y que facilitan la sobrevivencia. Por eso en las conferencias y presentaciones de la autora siempre aparecen una o varias mujeres que la oyen entre lágrimas y que al final la abrazan mientras le dicen que el libro les ha cambiado la vida. Cosas de la pobreza y el vitalismo, que siempre están más cerca de los sentidos y del estómago que del, a veces inoportuno, cerebro.
» 1 comentario:
pero significa que el hombre tendria que resignarse a vivir en la soledad en una conversacion ,no es suficiente una cara bonita,con el tiempo llega a aburrir y es por eso que buscamos una no tan bonita