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Peter Greenaway en Sevilla

por Joan Carles Martorell - 0 comentarios - cine espectáculo - 12/04/2006 - enlace

El siempre inquieto Peter Greenaway inauguró la pasada edición del festival internacional audiovisual Zemos98 de Sevilla. Ofreció su espectáculo ’Tulse Luper VJ Performance’ junto a DJ Radar en un teatro Lope de Vega abarrotado. De nuevo, allí, Greenaway demostró que nos lleva ventaja a todos.

¿En qué consistió el espectáculo? Peter Greenaway ejerció de video-jockey remezclando en directo imágenes en una actuación que forma parte de su proyecto multimedia ’The Tulse Luper Suitcases’ (tres largometrajes, programas de tv, exposición itinerante, un videojuego, libros, etc...). Sobre la música de Richard Parker y DJ Radar, Greenaway se sirvió de un exclusivo sistema para construir un relato multipantalla, en vez de usar las habituales herramientas de VJ -ordenador, DVD, mesa de mezcla- mezcló las imágenes empleando una gran pantalla táctil de plasma a partir de la cual fue seleccionando los fragmentos que componían la proyección.

’Tulse Luper VJ Performance’ fue una experiencia no diré mística, pero sí excepcional. No tanto por el espectáculo en sí -que a más de uno le pudo resultar ególatra, ininteligible y torpe- sino por la valentía y amplitud de miras del proyecto. No fue tanto lo que ocurrió en el Lope de Vega, sino el camino que anunció y emprendió Greenaway audiovisualmente. Y a pesar de caer en el peligro de repetirme, volveré a decir que es increíble y al mismo tiempo preocupante que tenga que ser un tipo de 64 años el que siga a la cabecera de la vanguardia cinematográfica contemporánea. Uno de los comentarios que más he escuchado recientemente es aquello de "el mejor Greenaway es el de los ochenta, ahora ha perdido completamente la cabeza: ni lo entiendo ni me interesa". ¿Tan reaccionarios nos hemos vuelto?

Demos, al menos, cuatro buenas razones para apoyar una propuesta como el ’Tulse Luper VJ Performance’:

1. En la era de las descargas P2P, Greenaway nos sale con el concepto de "cine en tiempo real". Un espectáculo audiovisual único, diferente en cada representación, con pantallas envolventes y sonido surround. Con la estrella (él mismo) sobre el escenario a la vista de todos. Las entradas se agotaron en 20 minutos. Hace tiempo que esto ya pasa con la música, en donde las bandas ganan sus dineros ya no vendiendo discos sino ofreciendo conciertos de valor añadido (véase U2 u Ojos De Brujo).
2. Hubo momentos de absoluta emotividad narrativa y audiovisual. Al final, de lo que se trata, es de eso. Y en parte, lo consiguió.
3. Es cierto que Greenaway, como VJ, puede resultar un poco patoso y sus mezclas un poco accidentadas. Pero veámoslo con perspectiva. Ya tiene una edad y que, a pesar de ello, se haya puesto a aprender y experimentar con nuevas tecnologías, tiene todo su mérito. Además, en definitiva, no deja de estar, simultáneamente, inventando un nuevo lenguaje de scratching multipantalla. ¿No sería absurdo descalificar el cine de D.W.Griffith por su primitiva y tosca técnica?
4. No soy ningún especialista en video-jockeys, pero sí se puede afirmar una cosa: a diferencia de esos vídeos horterillas, solarizados, de windows media player, tan lo-fi, a los que nos tienen acostumbrados muchos VJ, Greenaway disponía de un material fílmico excelente con el que hacer sus remezclas, aquello sí que fue todo un espectáculo cinematográfico.

Así las cosas, una vez más, no cabe más que felicitar al Zemos98 por haber traído a España al director galés, en una histórica octava edición del festival. Ellos siempre despiertos, atentos, en el mástil del barco, oteando el horizonte.

He aquí un clip del programa ’Miradas2’ de TVE:





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