por Xavi Serra - 1 comentarios - televisión - 17/01/2006 - enlace
Esta serie puede que esté siendo uno de los acontecimientos televisivos más alucinantes y adictivos de los últimos tiempos. ’Lost’ está arrasando, no sólo en cuanto a audiencias televisivas y ventas en DVD sino también en las redes P2P, en donde los fans más inquietos pueden consumir ya la nueva temporada, todavía inédita por estos lares.
La adicción a la ficción episódica ha sido aprovechada por la industria del espectáculo desde hace tiempo. A finales del siglo XIX el público londinense se agolpaba de madrugada alrededor de los periódicos para leer cuanto antes la continuación del ’Oliver Twist’ de Dickens, pero hoy en día este fenómeno se relaciona más con teleseries de variado pelaje, desde el folclore folletinesco de sobremesa a la sofisticación de las series de la productora HBO.
La era del DVD
La aparición del DVD ha venido a proponer una alternativa revolucionaria en el visionado de las series, abriendo un camino que escapa a los peajes comerciales de las pausas publicitarias, el formato de pantalla alterado y el inevitable doblaje de las series foráneas; por no mencionar la "contra-programación" que en España ha maltratado sin piedad a los seguidores de ’Urgencias’, ’El Ala Oeste De La Casa Blanca’, etc. El DVD ha propiciado la aparición de un nuevo consumidor televisivo que puede prescindir sin problemas de la señal analógica, entregando su tiempo y su dinero a ’Los Soprano’, ’A Dos Metros Bajo Tierra’, ’Padre De Familia’ y otras gemas de la programación. Además, la progresiva normalización de la edición de series en DVD (y es que aquí hay negocio, amigos) ha reducido en numerosas ocasiones el lapso de tiempo entre la emisión en abierto y la edición en DVD de una temporada de una serie, y ha posibilitado el redescubrimiento de series ignoradas por la deficiente política de reposición de los canales generalistas.
Hay un caso que ejemplifica el cambio que supone la popularización del formato: la serie ’Firefly’, creada por Joss Whedon, tuvo un pésimo paso por la parrilla televisiva americana: una pésima programación y la falta de apoyo popular en los índices de audiencia la condenaron a la pronta desaparición. Pero el éxito abrumador de la edición en DVD de la serie convenció a los productores de la rentabilidad del producto, y de ahí la apuesta por continuar la historia en formato cinematográfico: ’Serenity’. La duda es: ¿puede acabar convirtiéndose la emisión televisiva de las series en un negocio complementario a la edición de éstas en DVD?
Si alguna pega se le puede poner este nuevo panorama es la pérdida de la indefensión del espectador ante los rigores de una única emisión semanal. Muchas series han visto adulterado el contexto para el que fueron pensadas: el cliffhanger no funciona de la misma manera cuando después de terminar un episodio disponemos de la posibilidad de ver el siguiente. Aunque pueda parecer un rasgo masoquista, o incluso fundamentalista, existe en la liturgia de la cita semanal un elemento hipnótico francamente seductor. Y no hay que olvidar una ventaja de peso de la televisión en abierto frente al DVD: sale mucho más barata.
Redes P2P. El caso de ’Lost’
Los formatos peer to peer permiten desde hace tiempo abolir el control de las compañías sobre la difusión internacional de sus productos. Mucha gente ha seguido durante años series de culto cuya programación se interrumpía en España, pero no en las redes P2P. Alguien captura en su disco duro un capítulo con su tarjeta de vídeo, lo edita, y lo pone a disponsición de todo el mundo desde su ordenador. Al día siguiente la red hierve de tráfico, y la serie se propaga por todo el planeta. Sí, hay personas que suben material a la red. Y no sólo eso, sino que algunas también se dedican a subtitularlo a lenguas románicas. ¿Altruismo? ¿Exceso de tiempo libre? A veces, simplemente, una inteligente estrategia de promoción de una página web. En cualquier caso, bienvenida sea.
Un ejemplo concreto: el espectador español ha podido acceder a la serie de la ABC ’Lost’ (’Perdidos’ en España) a través las plataformas digitales (FOX), la televisión en abierto (TVE) y una reciente edición en DVD. Pero el seguimiento de ’Lost’ se extiende a las redes P2P como Emule o Bittorrent. Si el miércoles se emite un capítulo en los USA, es fácil encontrar al cabo de 48 horas ese mismo capítulo en versión original subtitulada al castellano en miles de ordenadores españoles, respetando el formato original (que alteran tanto FOX como TVE), y disponible para su visionado en cualquier reproductor DVD con Div-X. Hasta ahora se ha emitido en España la primera temporada, pero los seguidores de la serie por internet ya han visto el noveno capítulo de la 2ª.
No es fácil adivinar hasta qué punto tiene relación con lo anteriormente expuesto, pero el caso es que ’Lost’ se ha convertido en uno de los fenómenos televisivos de mayor popularidad de la última década. La pregunta inevitable: ¿Hay para tanto? Ciertamente, ’Lost’ es una serie tramposa, irregular, y construida al servicio de un único objetivo: enganchar al espectador. El problema es que, maldita sea, lo consiguen. La acumulación de finales en suspenso teje una poderosa telaraña narrativa, nada original, pero tan efectiva como, por ejemplo, la de ’El Código Da Vinci’. Además, cada respuesta que obtenemos, cada pizca de nueva información cuidadosamente dosificada, tan sólo da lugar a nuevas preguntas. El rompecabezas no tiene fin. ¿Pero cuál es la vigencia de esa apabullante capacidad de seducción? Posiblemente estamos hablando de un producto cuyo impacto se diluya en el tiempo, sin el calado y la penetración en el inconsciente colectivo de otros fenómenos como ’Twin Peaks’ o ’Senfield’. Pero mientras tanto, digo yo, disfrutemos de ella, de su infinita capacidad para reinventarse, de las mil y una artimañas de guión y de ese ritmo endiablado del que es casi imposible escapar.
Ya conocen la premisa: una isla desierta, un avión que se estrella y medio centenar de supervivientes. De ahí a una versión adulta de ’El Señor De Las Moscas’ sólo había un paso, pero los guionistas optaron por sazonar de misterio la isla y los personajes. Una misteriosa presencia amenazadora, una escotilla que no debería estar ahí, un oso polar paseándose por una jungla tropical... Muchos cabos sueltos, y la única manera de intentar atarlos, la red. El juego de espejos entre ficción y realidad adquiere una nueva dimensión al entrar en el site de Drive Shaft, el grupo al que pertenecía uno de los personajes de la serie, la página oficial de Oceanic Airlines -la compañía del avión siniestrado-, o las misteriosas webs corporativas de The Hanso Foundation y Dharma Industries. Éstas y otras constituyen un apasionante puzzle de pistas que contribuyen a dar entidad al universo que han construido los creadores de la serie. El eje de la comunidad hispano parlante de ’Lost’ es la página web www.lostzilla.net, cuyos responsables elaboran en tiempo record los subtítulos de cada capítulo de la serie, añadiendo revisiones y notas de traducción. ’Lostzilla’ es un buen principio para adentrarse en la dimensión virtual del fenómeno ’Lost’, si es que aún no lo han hecho.
» 1 comentario:
Xavi, han pasado ya dos años desde que escribiste este artículo y ’Lost’ va por su cuarta temporada... ¿Has visto ya el final de la tercera? Uf! Uno de los momentos más alucinantes que he vivido como espectador audiovisual. Decías que a lo mejor la serie no calaría hondo en el inconsciente colectivo, pero yo creo que sí lo está consiguiendo...